El anuncio del Partido Comunista de impulsar movilizaciones masivas durante el próximo Gobierno de José Antonio Kast desató fuertes reacciones en el oficialismo y la oposición. La propuesta, contenida en el informe de su Comité Central, plantea “articular un pueblo organizado y movilizado”, con hitos como un masivo 8 de marzo y un 1 de mayo unitario, generando preocupación por el tono anticipado del llamado.
El jefe de bancada del PPD e Independientes, diputado Raúl Soto, calificó la convocatoria como “una imprudencia e irresponsabilidad mayúscula”.
Desde el Partido Socialista, el diputado Raúl Leiva pidió cautela y recordó que el derecho a manifestarse debe ejercerse dentro del marco democrático, alertando que llamar anticipadamente a “movilización de masas” puede tener una lectura compleja ad portas del cambio de Gobierno. En la derecha, en tanto, el diputado Henry Leal (UDI) acusó al PC de recurrir sistemáticamente a la agitación social y “desestabilizar a cualquier Gobierno cuando algo no les gusta”.
El diputado Luis Cuello (PC) defendió la posición de su partido, afirmando que “la polémica es artificial” y que la movilización es parte del ejercicio democrático. Frente al debate, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, evitó confrontar directamente la propuesta del PC, pero recordó principios esenciales: los ciudadanos tienen derecho a manifestarse “siempre pacíficamente” y la democracia se construye colectivamente.