En el Liceo de Niñas de Concepción se realizó la ceremonia de cierre de la primera cohorte
del Plan de Formación, Acompañamiento y Mentoría con Herramientas Pedagógicas para el
Bienestar Socioemocional de los Equipos Educativos de la región del Biobío, una iniciativa
del Ministerio de Educación, impulsada a través del Centro de Perfeccionamiento,
Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), y desarrollada en colaboración
con el Instituto de Informática Educativa (IIE) de la Universidad de La Frontera.
El plan, pionero en el país, busca fortalecer el bienestar socioemocional de los equipos
educativos como condición esencial para el desarrollo institucional y la mejora de los
aprendizajes, a través de procesos de formación, acompañamiento y apoyo focalizado.
En esta primera cohorte participaron más de un centenar de integrantes de comunidades
educativas pertenecientes a 30 establecimientos de la Región del Biobío, distribuidos en
siete comunas (Chiguayante, San Pedro de la Paz, Concepción, Penco, Talcahuano, Lota y
Tomé). Entre los establecimientos destacan jardines infantiles, escuelas especiales, liceos
municipales y particulares, así como instituciones dependientes de los Servicios Locales de
Educación Pública (SLEP) y liceos técnico-profesionales.
Durante la jornada, las y los asistentes participaron en un panel y conversatorio sobre
acompañamiento, mentorías y comunidades de aprendizaje profesional, donde
reflexionaron sobre los avances y aprendizajes logrados durante el desarrollo del programa.
Posteriormente, equipos motores de distintos establecimientos compartieron sus
experiencias y buenas prácticas, mostrando el impacto que el plan ha tenido en la
construcción de entornos educativos más colaborativos y sostenibles.
El Seremi de Educación del Biobío, Carlos Benedetti, destacó que esta iniciativa forma parte
del Plan de Reactivación Educativa del Ministerio. “Hemos impulsado distintas iniciativas de
carácter integral que abordan a todos los miembros de la comunidad educativa y que se
complementan con este plan, cuyo eje central es el fomento del bienestar socioemocional
para equipos directivos y docentes. Es un trabajo realizado junto a la Universidad de La
Frontera, que busca tener un impacto positivo en la comunidad educativa, reforzando los
aprendizajes, la convivencia y el quehacer diario de los establecimientos”, expresó.
Desde el equipo formador, Daniela Pereira, mentora del programa, explicó que el proceso
fue mucho más que una capacitación: “Este acompañamiento fue un proceso de descubrir
cómo estaba cada establecimiento, conocer sus recursos y capacidades, y desde ahí
motivarlos para seguir generando cambios y evolución. La presencialidad entregó un valor
adicional al permitir formar vínculos de confianza y reconocer colectivamente lo que
necesitaba transformarse para dar un salto hacia adelante”.
Desde los establecimientos también valoraron el impacto humano del proceso. Maite
Basauri, jefa UTP del Colegio Galvarino de Lomas Coloradas, comentó que el trabajo de
mentorías “permitió vernos desde una mirada profesional más humana. Me hizo darme
cuenta de la relevancia del rol que uno cumple en el bienestar del otro dentro del entorno
laboral. Como UTP puedo ser un factor protector para mis profesores, y eso es clave”.
Una visión similar compartió Ingrid Hidalgo, jefa de Orientación del Colegio Andrés Bello de
Chiguayante: “Este curso permitió mirar el colegio de una forma distinta. Siempre pensamos
en los colegas hacia los estudiantes, pero también viceversa. No hay que olvidar que todos
somos personas, algo que a veces se nos olvida por la rapidez del trabajo diario”.
La jornada finalizó con una ceremonia de reconocimiento a los establecimientos
participantes, valorando su compromiso con la promoción del bienestar socioemocional y la
mejora del trabajo en red.
Con esta actividad se cierra la primera cohorte del plan en la región, que se ha consolidado
como una experiencia formativa de alto impacto en el sur del país, integrando la innovación
pedagógica y el acompañamiento docente con una mirada territorial, en línea con el
compromiso de la UFRO y el CPEIP por avanzar hacia comunidades educativas más
saludables y resilientes.